Entrevista a Sonia Prina y Roberta Invernizzi.


«EN ITALIA, EL BARROCO NO INTERESA»

La semana pasada se presentó, por primera vez en España, el nuevo cd del sello Naïve, que recoge los dúos más selectos del repertorio barroco, bajo el título «Amore e morte dell’amore». Sus dos interpretes vocales, la soprano Roberta Invernizzi y la contralto Sonia Prina, nos recibieron en la sede del Instituto Italiano de cultura junto a la agrupación que les acompaña, el Ensemble Claudiana, para divagar sobre cuestiones diversas de la música barroca.

– Antes que nada, ¿cómo surge este proyecto discográfico del cuál han interpretado ya varios conciertos?

– Luca Pianca (Dir musical): El proyecto nace de mi. Soy un ferviente admirador de Monteverdi y pensé hacer un cd de dúos suyos. Luego cambié de idea cuando vi que había un periodo comprendido del 300 al 700 aún por rescatar. Hay piezas de Durante, Gabrielli, Händel, muy bellos.

– Han apostado por dúos desconocidos por muchos, auténticas rarezas. ¿Por qué esta recuperación? 

– L.P: ¡Porque no existían grabaciones comerciales!. Cada vez que me pongo en el estudio pienso en la calidad de la música que está en un segundo plano.

– ¿Cómo es trabajar con una agrupación relativamente nueva como es el Ensemble Claudiana?

– Sonia Prina: Es muy gratificante porque tienes la oportunidad de crear desde cero, de ayudarnos en la búsqueda de lo que queremos para el disco. Cada programa es diverso.

– L.P: Hay que decir también que el grupo va variando según el tipo de concierto, los ciclos de cámara, etc…

– Antes de entrar en los aspectos técnicos, una pregunta que da más juego de lo que puede parecer. ¿De cuándo hasta cuándo podemos limitar el repertorio barroco?

– L.P: Para ser claros con los profanos, podemos decir que comprende desde 1600 a 1750. El barroco nace con Monteverdi y muere con Bach y Händel. Mozart sería ya clasicismo pero con claras influencias barrocas. Hay que pensar que un cambio de lenguaje no se realiza tan rápido.

– S.P: Incluso Glück tiene parte de su producción considerada medio barroca.

– Es verdad que de un tiempo a esta parte hay un nuevo resurgir de este periodo de la música, ¿cómo valoran la cantidad de recuperaciones históricas que se están llevando a cabo?

– Roberta Invernizzi: Para mi es algo muy positivo, si no fuera porque en Italia este hecho no suele ocurrir. No hay un interés más allá de Puccini o Verdi y esto es algo preocupante.

– L.P: Es que en Italia hay muchos músicos que han descubierto piezas inéditas, pero las presentan fuera del país. Nosotros mismos somos un ejemplo de ello. Falta interés por parte del público.

– ¿Cómo ven entonces al público español?, ¿Creen que aquí se le da mayor importancia a este periodo?

– R.I: Por supuesto. En España el barroco es apreciadísimo. Recuerdo que hace muchos años canté una ópera barroca en el Teatro de la Zarzuela.

– S.P: Yo he tenido oportunidad de hacer varias cosas en el Auditorio Nacional y creo que el público tiene mucho interés por la música.

– ¿Qué opinan de las grabaciones barrocas que se hacían en la década de los 50, como esa Poppea con Carlo Bergonzi, Rolando Panerai, etc..?

– S.P: ¡Ayuda! (comenta en voz baja mientras le relato el reparto).

L.P: En aquellos años faltaba un estudio del lenguaje. Las grabaciones suenan muy pesadas, poco fraseadas. Afortunadamente cada 25 años hay un cambio radical.

– S.P: Hay diferencia en cuanto a color, articulación, acentuación. Antes se cantaba con unos medios distintos a los de ahora. Recuerdo esa Alcina con Sutherland y Caballé…

– ¿Qué tiene de verdad esa creencia de que el barroco posee un tipo de técnica diversa a la del resto del repertorio?

– S.P: Eso no es cierto. A mi me resulta mucho más exigente el barroco, porque te pide más cosas, en cuanto a extensión, agilidad, el tipo de metal. Pero la técnica no varía.

– R.I: Es diversa porque el pasaje, por ejemplo, debe girar más. Pero no significa que el proceso de aprendizaje sea distinto.

– S.P: En las óperas, digamos, convencionales, lo que más me cuesta es no vibrar el sonido. Yo me diplomé haciendo Rossini y belcanto y ahí te piden que quites el vibrato a tu voz. Y la mía,  de origen, vibra mucho. Los que cantan con las escuela inglesa tienen menos dificultad en ese sentido, en cuanto a emisión.

– ¿Y lo de que es un repertorio que ayuda a cuidar la voz, cómo dice la ínclita Anna Netrebko?

– S.P: Es verdad justo lo contrario.

– C.P: Lo dice alguien que no sabe cantar barroco (bajo voz).

– R.I: Resulta muy complicado cantar este repertorio.

-C.P: ¿Y quién es el modelo del canto barroco?.

– S.P: Yo he llegado en un momento en el que la búsqueda de mi voz y del sonido es distinta. Se quiere la pureza, un sonido más dulce, mórbido. Algo diferente a lo que se hacía anteriormente.

– Entonces ahora mismo, no cometerían locuras en cuanto al repertorio, ¿dónde tienen el límite? 

– S.P: A mi me encantaría poder hacer un Falstaff o un The Rake’s Progess. Pero nada de Ulricas.

– Ahora que estamos llegando al final, ¿conocen algo del repertorio lírico español?

– Ambas: Conocemos a algunos compositores y su música, pero no hemos tenido oportunidad de estudiarla en profundidad.

– ¿Cuáles son sus próximos compromisos?

– S.P: Yo tengo alguna ópera de Vivaldi y Händel, alguna Alcina y probablemente vuelva a Madrid la próxima temporada.

– R.I: Yo haré Orlando Furioso de Vivaldi, algo de Händel y varios conciertos.

Autor: Arian Ortega.

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